REINICIAR
EL INTERNET
En el informe “La explotación sexual de menores de edad en el mundo digital está a pocos clics y es una amenaza subestimada”, expusimos las diversas maneras en las que los delincuentes usan las redes sociales, aplicaciones y páginas web para distribuir y consumir Material de Explotación Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes (MESNNA). Estas acciones malintencionadas pueden responder a vacíos que hay en las plataformas, a la falta de control de las instituciones encargadas de vigilarlas y falta de acciones de la sociedad civil.
En agosto del 2024 asistimos por primera vez a una reunión de la Mesa contra la Explotación Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes (ESCNNA) de Medellín. Era un encuentro extraordinario para planear las acciones que iban a hacer en septiembre, el mes internacional de la lucha contra esa problemática. Alguien propuso que la marcha habitual fuera un carnaval artístico, pero otra persona, desde su lugar de víctima, se sintió incómoda con esa idea. Entonces, se abrió una discusión sobre el papel del arte frente a esta causa.
En medio de esa discusión, David Restrepo Campos tomó la palabra. Él es comunicador y creador del proyecto artístico El Corazón Azul, que busca combatir la ESCNNA mediante canciones y puestas en escena. Allí reconoció haber sufrido el delito y contó que su iniciativa surgió por la necesidad de evitar que otras niñas y niños pasen por lo mismo. Dijo que el arte no trivializa la lucha contra la ESCNNA porque a él, al contrario, lo ayudó a salir del vacío que queda después de vivirla o, como él dice, a “iluminar su propio corazón azul”.
En ese momento, no sabíamos que estábamos presenciando uno de los tantos problemas que hay en torno a las maneras en las que se enfrenta este tema.
Semanas después, hablamos con David en privado. Estábamos empezando nuestra reportería y uno de nuestros principales miedos era cómo acercarnos a las víctimas sin parecer máquinas que extraen información, además de cuál era la forma más respetuosa y responsable de comunicar la problemática. Él respondió: “no te acerques como periodista, acércate como ser humano”.
Y como seres humanos, más que ponernos en los zapatos de la otra persona, necesitamos ver qué es eso que no les deja caminar, para entenderles y ayudarles a abrir el paso. Estas son algunas piedras que obstaculizan el camino de víctimas y personas vulnerables a la hora de enfrentar la ESCNNA en entornos digitales.
Las cifras: el subregistro y la alta impunidad
Entre 2018 y julio de 2024, en Colombia se han registrado 9.058 denuncias por el delito de “pornografía infantil”, según datos de la Fiscalía Además, desde 2018 hasta septiembre de 2024, en los informes históricos de plataformas como Te Protejo, encargada de recibir reportes de páginas con MESNNA, ha habido 168.141 notificaciones de este tipo de contenido. Por otro lado, en respuesta a un derecho de petición, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) confirmó que ha bloqueado 116.829 páginas de ese tipo en el mismo periodo.
Los números son tan diversos como los obstáculos para acabar con el material, y allí empieza el problema, porque nunca es clara la exactitud de los datos. Por ejemplo, las cifras de denuncias en la Policía no coinciden con las de la Fiscalía.
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El hecho de que estas no sean iguales perjudica la lectura precisa de la dimensión de la problemática nacional. Por ejemplo, en el mes de julio, en todo el país, la Fiscalía reportaba 968 denuncias por “pornografía infantil”, casi el doble que las 549 de la Policía.
Desde la Fiscalía, una fuente que pide reservar su identidad, afirma que: “Las cifras nunca van a coincidir, es un problema que viene pasando desde hace muchos años. Infortunadamente, cada institución trabaja por su lado”, asimismo, dijo que no se ha discutido ninguna iniciativa entre las dos entidades para una articulación que logre recopilar las cifras exactas. Jazmín Santa, docente investigadora y miembro de la Mesa Intersectorial contra la ESCNNA, se refiere a la articulación de instituciones como clave: “Si no sabemos, buscamos quién sabe, nos reunimos. Pero los egos son superiores a trabajar por la lucha contra la ESCNNA".
Katherine Jaramillo, ex-directora de Valientes, ONG que lucha por la prevención y erradicación del tráfico de niñas, niños y adolescentes, dice que otra dificultad con las denuncias es que en algunos casos las víctimas no se dan cuenta que están siéndolo, y por eso no denuncian: “la gente no tiene claro qué es abuso o explotación sexual en niños. Por ejemplo, encontramos un caso en un colegio: ‘ah no, yo solo recibí una foto de un pene’, ‘a mi me hicieron una videollamada y había un hombre masturbándose, pero ya’, y no dimensionan que recibir o que las induzcan a este material ya hace parte del abuso”. Esto también explicaría el hecho de que las denuncias estén "bajando": no es que hayan menos, es que la gente no está denunciando.
En cuanto a las denuncias que sí se reportan, las bases de datos de la Fiscalía dan cuenta de que la mayoría de los procesos por “pornografía infantil” a nivel nacional se quedan en la etapa de indagación. Desde 2011 hasta 2024, cada año se denuncian en promedio 907 casos. Y, según las mismas cifras de la Fiscalía, el año en el que más procesos llegaron a ejecución de penas fue 2017, con 88. Desde entonces, la tendencia ha sido que bajen: en 2023 solo se ejecutaron 16 penas y hasta julio de 2024 iban dos.
Lo mismo sucede con el delito de “utilización o facilitación de medios de comunicación para ofrecer actividades sexuales con personas menores de 18 años”: el máximo número de casos en ejecución de penas desde 2011 a 2024 en todo el país fue de 5, en 2019.
Estos problemas también se evidencian a nivel local, la respuesta a un derecho de petición enviado al Centro de Servicios Judiciales de Medellín, expone que desde 2018 hasta junio de 2024 ha habido 42 procesos con 36 sentencias condenatorias por el delito de “pornografía infantil”, a pesar de que, según la Policía, durante esos seis años se han registrado 828 denuncias en Medellín y el Área Metropolitana.
Sin embargo, como ya se ha dicho, es muy difícil conocer los datos exactos de denuncias por la diferente articulación que hay entre la Fiscalía y la Policía, por lo que los casos en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá podrían ser más. De esos 42 procesos, 6 fueron absueltos y 1 se fugó de la cárcel.
María Victoria Salazar, fiscal jubilada del Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (CAIVAS), se refiere al problema nombrando a los operadores privados de comunicaciones, quienes no tienen la obligación de dar la información necesaria para la investigación, como una dirección IP. “La ley dice que tengo 30 días para obtener información, entonces, yo se la mando a Claro, a Tigo, a cualquiera de esos operadores, y llega el día 31, el día 32 y no me han contestado. Entonces, me toca devolverme a donde un juez a hacer otra audiencia para decirle que no me ha llegado, que me dé otros 30 días. Entonces, ya van dos meses buscando una dirección IP, y si pasan los otros 30 días y no me contestaron, se perdió la prueba, porque el código [de procedimiento penal] dice que se puede renovar solo una vez". Esta situación puede explicar la gran cantidad de casos que se quedan en indagación.
Las fallas en la cooperación y el papel de las
redes sociales
Nidia Estela Graciano, desde la subdirección de protección laboral del Ministerio del Trabajo, la cual dentro de sus lineamientos llama a la prevención de la trata de personas, critica que a pesar de que existan las alertas tempranas relacionadas con la problemática de la ESCNNA, cuando un municipio lanza una, sus responsables (alcaldes, Secretarías…) no asisten a las reuniones organizadas por esta entidad para atender el tema: "Todos los funcionarios tenemos nuestras funciones, pero cuando vamos a dar esta asistencia técnica, no contamos con buena acogida".
La cooperación debe ser entre funcionarios responsables, pero también las redes sociales están llamadas a tener un compromiso. Alejandro Castañeda, jefe del Centro de Internet Seguro - Viguías, que lidera la plataforma Te Protejo, cuenta que tienen trato preferencial en cuanto a vínculos de colaboración con las redes sociales, pero en algunas de ellas, ya no hay mucho que hacer. “Teníamos hace un par de años [colaboración] con Twitter, pero cuando pasó a ser X, ese equipo y esa plataforma de colaboración con sociedad civil se acabó. X en este momento no tiene plataforma en Colombia y creo que tampoco en Latinoamérica que reciba o trate preferentemente los reportes de estas situaciones”, dice.
Una fuente de la Fiscalía, que prefiere no revelar su nombre por no estar autorizada a dar declaraciones oficiales, llama la atención sobre el papel de las empresas de redes sociales: “Aquí todo el que llega hace lo que quiera, cuanta empresa llega a Colombia, cuanta empresa que reciben. No hay una exigencia frente a las políticas de lo que tiene que ver con la circulación de la información".
Frente a esto, Castañeda también critica que en Colombia las plataformas no están obligadas a publicar informes de transparencia o reportes sobre qué hacen respecto a casos de ESCNNA.
Con estas obligaciones hay un dilema fundamental: ¿seguridad sobre privacidad, o ambas? La tesis de la criminóloga española Estefanía Varela, dice que “la rapidez de las comunicaciones a distancia, la capacidad para realizar acciones y la posibilidad de mantener el anonimato son tres características clave de las nuevas tecnologías que potencian la comisión de delitos”. Precisamente este tipo de características en línea también funcionan para la protección de los datos y la privacidad de las personas usuarias de la red.
Una de las ventajas de la privacidad es la encriptación, un método que altera el contenido de un mensaje para que no pueda ser leído por personas no autorizadas. El problema radica en que ese beneficio de la privacidad, afecta la seguridad. María Victoria Salazar lo expone así recordando su paso por la Fiscalía: “La información que va por esas redes para nosotros está encriptada, nunca podemos conocerla. Únicamente tenemos lo que el menor o la menor nos muestra. Si nosotros le pedimos a WhatsApp o Instagram que nos mande esa conversación, no nos la manda”.
En Te Protejo se hace la misma observación desde que Facebook habilitó los servicios de mensajería por encriptación de forma automática en diciembre de 2023: “Nuestra preocupación es que en Facebook empiece a haber una disminución de reportes, no porque no existan, sino porque no sabemos qué está pasando ahí”, comenta Alejandro Castañeda.
Frente a la cooperación de pares responsables, la experta Jazmín Santa también resalta el papel del periodismo. “Yo atiendo muchos medios locales, nacionales e internacionales y siempre les digo: ‘el periodismo de soluciones da esperanza’, porque este tema es fatal (...) uno no puede decir: mañana, se va a acabar la explotación en la ciudad, así como nunca se va a acabar tampoco el trabajo sexual. Entonces, uno lo que hace es tratar de comprometer a la gente para que esté pensando cómo se soluciona esto, qué se puede hacer articuladamente”.
Ese periodismo de soluciones y esfuerzos que debemos tener entre periodistas, también son exigencias desde las infancias: Isabella y Agata, en un taller de la Mesa Intersectorial de Prevención y Erradicación de la ESCNNA al que nuestro equipo asistió el 11 de septiembre en Medellín, expusieron un "decálogo para un periodismo garante por los derechos de la niñez" y dentro de sus reflexiones están un pedido para incluir una perspectiva en infancias en los medios de comunicación, es decir, dejar de lado la mirada adultocéntrica que no ve a la niñez como sujetos de derechos y actores sociales que pueden intervenir en la toma de decisiones.
Las infancias que están expuestas a estas problemáticas no encuentran un espacio en el que tengan participación, por eso, aunque es necesario contarle a personas adultas sobre la problemática, las niñas, niños y adolescentes son las principales víctimas del problema, protagonistas de su propio desarrollo y hay que enfocar la información en ellas y ellos. Como periodistas podemos hacerlo mediante un autoanálisis: preguntarse qué va a suceder con esa niña o niño al día siguiente, cuando “deje de ser nuestra noticia”, equilibrar a las infancias periféricas y céntricas y no entrevistarles en forma condescendiente o subestimarles.
Este tipo de exigencias ya se daban desde hace años y en todo el mundo, por ejemplo, en 2003 la ONG Raíces, expuso solicitudes de las y los menores de edad en Chile: “Queremos que nos hagan preguntas que nosotros podamos responder bien, no cosas absurdas como: ‘¿Cómo te sentís?’, ‘¿Cómo estás?’, ‘¿Qué te trajo el viejito de Papá Noel?’. Que nos pregunten cosas serias, que nos traten como personas igual que a todos. Los periodistas tratan a los niños como el bichito raro que va a salir a pintar el mono. Uno no quiere que lo entrevisten por salir en la televisión, sino por dar a conocer lo que uno está haciendo o pensando”. Puede ahondar en esta información a través de esta Guía de la agencia Voz y Vos, la Universidad Católica de Uruguay y UNICEF.
La comunicación debe concientizar desde edades tempranas sobre las herramientas que existen para enfrentar esta problemática. Por ejemplo, el medio de comunicación Mutante propone un “Manual de ideas para promover la prevención de la explotación sexual en tu colegio o escuela”, construido con las mismas voces de la infancia, un ejemplo de cómo brindar instrumentos para que la niñez luche desde los ambientes que habita diariamente, y entre ellas y ellos se retroalimenten y sepan cómo denunciar.
[Si deseas conocer iniciativas creativas que apoyen la pedagogía y difusión de la información en comunidades vulnerables y víctimas de estos delitos, te invitamos a conocer la sección educativa de nuestro especial.]
Una red de apoyo
Cuando tenemos problemas con el internet, la primera solución que implementamos es reiniciarlo. El entorno digital es un espejo del físico: la red es lenta como los procesos de indagación en las instituciones y las posibilidades de denunciar se dificultan en la vida real como desde las plataformas web sin colaboración con la sociedad civil.
“Reiniciar” entendido como una nueva forma de pensarse la articulación institucional, los conductos regulares y los métodos de atención hacia la ESCNNA digital, puede ser el primer paso para implementar compromisos obligatorios de todas las entidades del Estado, pero para ello hay que comenzar aceptando que el problema es estructural. Vanessa Serpa, miembro del equipo de niñez y juventud de la Corporación Convivamos, una organización que trabaja temas comunitarios y de derechos humanos en Medellín, lo explica así: "Si no se soluciona el tema de la pobreza, el desempleo, y si sigue habiendo los niveles de precarización de la vida que hay en este momento, siempre va a haber víctimas”.
Reiniciar ese sistema también conlleva reiniciar el internet, y eso es más que oprimir un botón o desconectar un cable, es la rebeldía de la crítica a las plataformas poderosas y el compromiso de todas las personas para encontrar las mejores formas de incluir a las infancias, generar estrategias de comunicación efectivas y la erradicación de la desigualdad para la justicia y la no repetición.